Si algo tengo claro en el mundo actual y en la sociedad en que vivimos es que el marketing es mucho más que pura estrategia. Esto lo podría haber aprendido en las múltiples formaciones que he hecho y sigo haciendo, en vídeos, en libros, etc. Pero lo más curioso es que siempre lo he tenido frente a mis ojos y no recaí en ello.
Cada personas somos de una forma, no hay dos personas exactamente iguales. Unas son más físicas, otras son más emocionales, otras más mentales, y cada una en su forma desarrolla su vida y sus decisiones.
Yo siempre he sido de las emocionales, de las más puramente emocionales, sensibles. Me gustaba llevar la emoción, unido a la creatividad y el sentimiento a todo lo que hacía. Por ello en el sector del turismo y congresos del que vengo me faltaba algo. Me faltaba justo esto, poder poner mi toque especial a las cosas que me gustaba crear.
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El camino de la autenticidad
Hay residía mi autenticidad, años frente a mis ojos y yo sin verla. Y quizás a ti te suceda lo mismo, porque normalmente nuestra autenticidad reside en aquello que nace de nuestro interior de manera natural, sin esfuerzo y que hace que nos parezca lo más normal. En ello no vemos nada extraordinario, pero lo es.
Eso que tú haces es extraordinario, es único, es auténtico porque nadie nada más que tú lo hace de esa forma y eso, es lo que tanto llaman autenticidad. Tu autenticidad, esa que puedes llevar a tu marca personal e impregnarla de ello.
En mi caso es hacer las cosas desde la emoción, la conexión, la energía, el sentimiento, el impulso, la acción, la alegría y el disfrute…!!! Es llevar todo esto a lo que hago.
En el tuyo puede ser la organización, la planificación, lo estructurada que eres, etc.
¿Qué es eso que te sale de manera natural, en lo que nunca has prestado demasiada atención y que te hace verdaderamente auténtica? ¿Qué es eso que en alguna ocasión te han dicho que eres especial y tú ni lo habías pensado?
Tras la puerta de la autenticidad se encuentra la conexión
La conexión es fluir, es facilidad, es sencillez, es felicidad, es alegría, es esa situación que se da con una persona cuando por fin, te has permitido ser tú y nada más que tú y que te hace sentir verdaderamente bien.
Es algo que se produce sin que tengas que hacer esfuerzo alguno, cuando has dejado los filtros, las caretas, los miedos, las inseguridades y has decidido mostrarte tal cual eres. Es justo en ese momento cuando se produce la conexión con esas personas o clientes que «resuenan» contigo y con tu marca.
La conexión es justo eso que te permite tener unos clientes y no otros. Y que esos que tengas sean justamente esos con los que te apasiona trabajar, con los que las horas se te van volando y con los que la palabra trabajar se «esfuma».
Porque cuando te permites bañar tu marca de tu esencia, impregnarla y hacerla tan única, especial y auténtica como tú eres, es cuando diferencias tu marca del resto. Ahí deja de ser una copia más de otras tantas. Y ahí es cuando esas personas especiales para ti se sienten atraías a escuchar el mensaje que tu marca lanza.
Pero ¿qué tanto te aporta la conexión?
De la mano de la conexión llega la emoción
La conexión te aporta la primera entrada, esa primera oportunidad que se abre ante ti para que una persona esté dispuesta a escuchar de manera receptiva el mensaje que tu marca tiene para ella.
SI una persona en primer lugar no se siente conectada contigo y con tu marca, difícilmente se va a quedar a escuchar un mensaje que tengas para él/ella. Probablemente comience, pero en los primero minutos si no has generado esa conexión decida abandonar para no volver.
Sin embargo, si desde primera hora has despertado esa sensación de conexión, te puedo asegurar que tiene la puerta abierta para lograr el resto. Ahí es dónde llega tu mensaje, cargado de emoción, para tocar esa fibra de su interior y que tome otra decisión; la de volver a escucharte, la de querer saber más, la que querer ver que más tienes para él/ella.
Como decía al principio, somos seres humanos, seres que por naturaleza tienen sentimientos y emociones. y a partir de las cuáles tomamos unas y no otras decisiones. En unas ocasiones más guiadas por la razón y en otras más por el corazón.
Marketing emocional si quieres una marca con alma de auténtica
Hay veces que lo tienes frente a tus ojos y no lo ves. Lo había hecho toda la vida de manera natural, emocionar, hacer sentir a través de mis palabras, de mi energía y no sabía lo que hacía.
Desde pequeña me encantaba escribir, me gustaba que la gente leyera mis textos y se emocionaran, me encantaba tocar esa fibra sensible. Luego llego mi etapa profesional, ahí fue donde comencé a preparar a nivel personal esos eventos que a nivel de empresa no podía preparar, cargados de sorpresas, de detalles especiales, que los hacían únicos y auténticos.
Había llevado la emoción a todos los ámbitos, me gustaba que las cosas calasen hasta la médula y que dejaran huella, una huella imborrable y duradera.
Hasta que un día, entre formación y formación, descubrí que eso que yo de manera natural había hecho toda mi vida, se llamaba marketing emocional. En ese momento el marketing emocional y yo nos dimos la mano y comenzamos este camino.
¿Qué es el Marketing emocional?
Que curioso, el marketing emocional no es más que esto que hasta ahora te he contado. Esa disciplina del marketing cuya finalidad tiene conectar con tu público a través de estrategias que te permitan establecer un vínculo afectivo a través del mensaje que transmites, que te permita además que cale hondo.
Con ello, conectas con la parte más humana de la persona y es desde ese punto, desde su punto humano y emocional desde dónde tu cliente o tu público evalúa tus productos, tus servicios y tu marca y decide el tipo de relación que quiere establecer.
Aquí tu cliente no es espectador, es parte de tu marca, interactúa y se tiene en cuenta, se escuchan sus palabras, sus sentimientos, sus emociones, en definitiva es parte integrante.
Cuánto más sienta tu cliente, más fuerte será su empuje, su impulso para tomar decisiones en favor de tu marca, para querer pertenecer a ella.
Observa ahora, ¿qué emociones están presente en ti cuándo te decides por unas cosas y no por otras?